lunes, 30 de abril de 2018

CAMPANADAS A MUERTE
Eso es lo que suena cada minuto, cada hora, cada día en este mundo absurdo. Campanadas a muerte, que alertan a todas de los que nos espera. En cualquier rincón de la calle convertido en testigo asesino,  en la soledad del hogar que pasó de amor eterno a no te muevas que eres mía.Campanas que cuentan que los derechos adquiridos se vuelven vulnerables y en su repique recuerdan la intolerancia y la mentira, que persisten.
Y el corazón de las mujeres, desde esa Pamplona de pañuelo rojo en la fiesta hasta el último lugar que habitan los seres humanos, llora hoy lágrimas de impotencia, al constatar que la justicia se vuelve injusta cuando más la necesitamos.
Si se abre la puerta a la cultura de la violencia, la agresión y la violación, se cierra la que abrieron las mujeres sufragistas que querían votar, las que fueran asesinadas por pensar, las que luchan desde el anonimato por la vida y la paz. Se cierra la puerta que abren los hombres que quieren un mundo mejor, donde quepamos todas y todos en libertad.
Suenan campanadas a muerte cuando todas juntas gritamos que la creemos, en el mismo instante que otras muchas están en estos momentos siendo asesinadas, con un poco más de impunidad social.
Sonido de angustia y dolor frente a una manada que se ha hecho más poderosa y violenta que nunca.


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