miércoles, 18 de diciembre de 2013

FELICIDADES

Ya tengo un año más. No estoy nada agobiada porque a mí siempre me ha parecido una conquista los días de los cumpleaños, los de todas las personas que amo, pero en especial los míos. Una conquista llegar, y llegar bien.

Recuerdo algunos de esos días de manera especial. Siempre hay frases de alguien muy importante a tu alrededor que grava en los momentos el sentido, el amor, la gracia y los ojos con los que te va recordando...”.felicidades...ya van 15, la edad de la niña bonita.....hoy 18, mayoría de edad.......vaya ya han caído los 22, los dos patitos”....y así entre números y regalos se van forjando los mimbres de una historia maravillosa, la historia propia.

También aparecen los entusiastas, compañeros de muchos años que tienen la ocurrencia de verte siempre joven, echa una cría dicen, y te transmiten ese punto de alegría inocente que te compara con ellos, siempre más viejos claro, mientras cierran la puerta a la consciencia de la artrosis y de las arrugas.

Luego están las llamadas de teléfono. Me encanta el sonido del...”chica que pareces una ministra hoy....que llevo toda la mañana detrás de ti”, y así una y otra vez. Esa sensación de saberte querida, protagonista del día, charlar rato largo con una amiga con la que no hablas desde hace meses, no por nada, sin más la vida, y colgar con la impresión de que la sigues queriendo tanto como cuando eras niña.

Y los regalos. Siempre un detalle de alguien que no esperas, la mentirijilla de hacerte la sorprendida cuando ya lo has pillado todo hace tiempo....el paquete que vas abriendo mientras tu hija convertida en chiquita otra vez no te dice te quiero pero se le escapa el corazón mientras te mira.

Lo más de lo más la llamada primera. La de ama. Una voz entrecortada que recita el poema del ADN familiar, entre poemas y cantares, entre rocíos y felicidades, y yo balbuceando con ella...terminando al unísono el rato de emoción más esperado.
Hoy tengo un año más y es un día más difícil. Mi hermana, amiga y compañera durante esos 54 años anteriores no me ha felicitado . Su no presencia es el dolor en estado salvaje, una herida profunda y un abismo que no acaba. Aun así me dirige un barco de vela, el que se arrima a los puertos que me aún me quedan, el que navega contra vientos y supera la soledad en la tormenta.

Felicidades en estos 55 geniales años. Una verdadera conquista.

Para mí misma, en este 17 de diciembre de 2013.


No hay comentarios:

Publicar un comentario