Ya se han terminado. Lo que empieza termina, bien o mal pero lo hace. Se han ido
las navidades, fiestas de dulces, comilonas, reparto de besos a veces, de patadas otras,
tiempo de regalos, sonrisas para los que vienen, lágrimas para quienes se van. En fin,
un mogollón de sentimientos que así en conjunto todos ellos, te dejan un desgaste
emocional, que me río de las listas de espera de la sanidad pública. Porque no hay
atención para tanto descalabro de corazones y creo que tampoco medicación que
enfrente la vulnerabilidad y debilidad en la que nos dejan las fiestas estas.
Sí hay un momento diferente, mágico. El que se comparte con niños y niñas, esas
criaturillas que todo piden y a quienes todo se da. Amor, fundamentalmente.
La convivencia con el resto de mortales es mucho más difícil.
Pero vaya, que hemos salido también de esta. Ni tan mal.
Y con la mañanita ha llegado el madrugón. Esto lo llevo yo bastante mal a medida que
voy cumpliendo años, lo del despertador. Pero no hay salvavidas, no ha tocado ninguna
lotería, y eso que en un sueño soñé que me tocaba la mano del dinerísimo del niño. Ahí
ha quedado, que los sueños sueños son.
Y entre holas de qué tal todo y algunos disgustos de más padres de gente amiga que nos
van dejando, eso sí a una edad valiente de 88 para adelante, me vuelvo a enfrentar con
las noticias de la prensa.
Es que hasta ahora las compras, comidas y paseos con madre y familia, no me han
dejado abierta la puerta de leer, ni escribir, ni na. Mira yo puedo encabezar el grupo de
las ni na, en comparación con los ni ni. Y no sería ninguna broma.
Pues a lo leído, que la infanta queda imputada, que miró a otro lado pese a conocer los
delitos de su marido. No le negaremos la gracia ( porque no va a haber más que eso) a
este juez Castro.
Luego está lo de la nieve, que mira que es peligroso el deporte blanco, lo caro que es y
el frío que se pasa. La pobre Merkel con fractura de pelvis y tres meses sin agenda para
la dama de fuego europea.
Con los presos y presas, a vueltas. Es suficiente para algunos, no muestran
arrepentimiento, para otros. Han dado pasos unilaterales frente a la necesidad urgente de
que ETA se desarme. Total, una madeja enredada, diría yo.
La noticia más vomitiva...... que el Gobierno español deja sin tarjeta sanitaria a quien
pase tres meses fuera sin cotizar en España. Eso, animando a nuestra gente joven para
irse a vivir a otros países donde tengan las oportunidades que aquí no encuentran para
que estos peleles recorten todo lo recortable.
Y voy terminando. Junto con nuestras costas azotadas por una mar salvaje, el sopapo
de la muerte de Marina, la miliciana francesa de la foto en la azotea del Hotel Colon de
Barcelona en el año 1936. Ha muerto en París con 94 años. Marina Ginestá era de una
generación impactante, por decir algo muy grande. Hoy también enterramos a mi tía del
caserío mendikua, la cuna de mi aita. Tenía 95 años maravillosamente vividos.
Son las últimas mohicanas.
Mientras tanto, el nuevo año viene dando vueltas, envolviéndonos con sus detalles. Doy
la bienvenida a quienes me vais a acompañar. Estoy encantada de teneros.
Izaskun Moyua Pinillos
7 de Enero de 2014.
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