jueves, 17 de octubre de 2013

QUE SE MAREAN

Aparecen cada día. Son de diferentes fisonomías, pueden hablar idiomas diversos. Son hombres mayoritariamente, aunque se van acercando cada vez más mujeres. Los hemos conocido en la política, fundamentalmente, pero abundan entre periodistas, profesionales de la medicina, están en el ámbito empresarial, en el deportivo. Por lo que cuentan en algún momento eran personas normales, humildes, amigas de sus amistades, que a veces tenían razón y otras no, que fallaban, amaban, lloraban, reían,comían...vaya lo normal.
Se les distingue a lo lejos. Caminan como si una aureola les rodeara el propio cuerpo, la mirada fija, los hombros tiesos, la sonrisa preparada. Están siempre dispuestos a dar batalla, a discutir y ganar, a  poseer el tesoro de todos los cofres del conocimiento.
Han llegado al poder. A uno de los variopintos tronos de los que es propietario...el poder,claro. Desde su altura deciden, controlan, apuntan, organizan, apartan, colocan, disfrazan, manipulan. No paran.
 Están  mareados  y por  ahí van, como un ejército de prepotentes cada vez más alejados de lo auténtico, de lo que merece la pena defender, de todo aquello que se escapa a esa manera zombi de entender la vida y las relaciones.
Lo peor de todo es que cada vez se marean más y más.......y normalmente no hay nadie cerca lo suficientemente suficiente para enfrentarles con esa situación.
Una pena, porque el mareo nunca fue una de las manifestaciones peligrosas de nada. Hay que ver....con los cambios.

                               Izaskun Moyua Pinillos, 17 de octubre de 2013.

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