miércoles, 20 de noviembre de 2013

20 DE NOVIEMBRE

Era el 20 de noviembre de 1975. El caudillo Francisco Franco había muerto. No estaba muy claro si ese día o ya estaba en formol desde hacía tiempo, pero oficialmente desde la televisión Arias Navarro, con semblante compunjido y sin contener las lágrimas, comunicaba la noticia. El fascista, represor, perseguidor y asesino que se levantó en armas contra la república y el gobierno democráticamente elegido, había muerto. Así tan cómodo él, en su cama rodeado de los suyos. Esa es la primera sensación que recuerdo, la esperanza de que hubiera sufrido en la muerte. Este es el deseo que mantenía erguida a mi familia, en el recorrido vital de mujeres y hombres, desde aquel 18 de julio de 1936 cuando detuvieron y se llevaron al abuelo Ramón a quien nunca más volvió nadie a ver.
Aquel 20 de noviembre de hace 38 años yo estaba en Madrid. Había llegado a la capital de España un mes y medio antes, en la estela de un atentado de ETA en Aranzazu contra la guardia civil. La falta de libertad y la sangre inocente de cientos de personas me habían acompañado siempre, en mis enseguida 17 años de vida. Claro que la movilización y la lucha antifascista en la Universidad en aquella época acariciaban las alas de quienes nos íbamos encontrando y ese mismo día, tras oir la realidad de un luto que vestiría de negro las calles y las iglesias , se inició como la pólvora la consigna de " a casa, vámonos". Así que al día siguiente con una mochila y la sonrisa pegada a la cara nos dirigimos a Chamartín, destino Zumárraga. Yo no sé la cantidad de gente que nos montamos en aquel tren aunque sí se que no pagamos billete. Recuerdo perfectamente el compincheo de los trabajadores de la estación animándonos a subir y a celebrar la marcha a casa. Recuerdo que canté mucho y que lloré más todavía. Tengo pegada en la piel la risa, la ilusión y la esperanza y todas aquellas chicas y chicos que durante unos días manteníamos la llama de un mundo diferente, más justo y mejor.
Luego vinieron otros 20 de noviembre, teñidos de sangre y sufrimiento. 1984 y 1989. Brouard y Muguruza, asesinados los dos en ese día señalado en el calendario para siempre.Y el brindis por el fin del terror, de la historia  negra de la dictadura parecía no tener ya sentido. La sombra de la sombra absurda se apoderaba de nuestro tiempo.
Pero la vida siempre tiene un cajón para la sorpresa. Y  aquel día, hoy hace 24 años nació Ane, mi sobrina y ahijada. Y lo celebramos mucho. Aquella cara redondita mirando asustada y dando golpes  al aire con el puño!!!!!!!
Hoy 20 de noviembre de 2013, sentada aquí mirando la noche helada pienso en las causas, en los efectos, en lo importante, en la soledad para siempre, en la alegría.....en lo vivido. Y creo que esta fecha nos une mucho más de lo que creemos.
Una vela encendida, para reirnos de la oscuridad.

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