El preso de ETA Joseba Artola salió de la cárcel el viernes en aplicación del fin de la doctrina Parot. Hasta ahí vamos bien. El Tribunal de Estrasburgo ha constatado una vulneración de derechos, y de alguna manera una quiebra del Estado de derecho. Así es que hay que adoptar las medidas necesarias para que los presos y presas que han estado injustamente sometidos a un sistema en extramuros de la legalidad puedan salir a la libertad.
Así es que al igual que Inés o Joseba, otros muchos saldrán.
La misma noche del viernes, unas 100 personas se manifestaron en Bilbao con gritos de apoyo a ETA y a los presos encarcelados. De paso, insultos y gritos contra la ertzantza, sentida como fuerza represora. Como le corresponde garantizar el orden, y en vista del comportamiento al parecer agresivo de alguno de los manifestantes, siete de ellos fueron detenidos tras el incidente.
Tambien el fin de semana ha aparecido una pintada en la puerta de un batzoki para recordar al parecer a EAJ-PNV que el pueblo está con ETA y en unas declaraciones de Amaia Izko, abogada de presos y presas y portavoz de Sortu, me entero yo que " una cosa es que no se haya hecho un acto en la plaza del pueblo y otra que no se les vaya a recibir con los brazos abiertos" y se refiere, no a los familiares y amigos y amigas, que es lo normal y lógico, sino a la izquierda abertzale, como organización, movimiento, agente o como le queramos llamar.
Pues yo creo que no hay que mezclar nada. Cada ingrediente en su cazuela.
El comportamiento humano de alegría y emoción ante la salida de la cárcel de un preso amigo, hijo, padre, compañero, o de una presa hija, hermana, amiga, madre es comprensible. Le quieres de manera incondicional, casi independientemente de los actos que haya cometido. De ahí a justificar algo, o a dar cobijo a que una masa de desconocidos vaya a corear sus nombres como héroes de una revolución inexistente o de una lucha que nunca llegó a la categoría de lucha....va un abismo. Y no es positivo saltar donde no hay camino.
Creo que la paz se crea desde una profunda cultura de paz, desde una interiorización de valores ligados a la vida y dignidad humana, de respeto a todos los derechos, y a las diferencias entre las personas.
Creo que en este momento más que nunca, necesitamos de políticos y políticas que antepongan la convivencia y el avance a cualquier otra cuestión.
Y que junto a tantas noticias sobre una dosis infernal de mediocridad y meteduras de pata, están los ejemplos de dos mujeres que muestran cómo se puede ser y vivir. Desde dentro, con dolor, con memoria y sin odio ni deseo de venganza que aniquile primero a quien lo alimenta y luego al resto del mundo. Dos mujeres que están hoy en las noticias. Hoy son dos. Pero hay muchas más. Rosa Rodero y Mº Jose Aguirre. Gracias por todo.
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