jueves, 21 de noviembre de 2013

EL BAILE DE EMOCIONES

A veces no coincide la percepción que tienes de tí misma con la que las personas que te rodean tienen de tí. Yo diría que esa coincidencia es la excepción. Deben tener mucho que ver las emociones y el conflicto que se genera en el interior de la psique humana cuando a esas señoritas les da por mezclarse, reñir o destruirse sin dar tregua al conocimiento, entendimiento o perversión.
Me pasa cuando hablo desde la tristeza, entiendo yo, y quien me recibe vive ese momento como una  agresión de actriz principal en cualquier obra iracunda. Entonces yo busco aceptación y recibo rechazo, lo que debieran ser mimos y caricias se convierten en reproches y frialdad.
Le he dado una vuelta a la nostalgia, porque no es buena amiga perecedera y he decidido ser algo más clara. Porque esto de suponer que el mundo te entiende con solo mirarte a los ojos y que lo que tú sientes ahí en lo más hondo es transparente para la mirada de quien te mira, es una patraña que hace mucho daño.
Hoy desde mi tristeza y para conseguir un beso de amor he debido ladrar a mi madre porque he notado su confusión a través del aparatito desde el que todos los días la recupero en la distancia. Luego, más tarde he hecho otra llamada para decirle que la echo de menos mientras sacaba a colación la excusa de que  entre tanta lluvia me pongo más yo. Como dice una amiga, que en esto del clima...... vasca vasca no soy.
Lo que me da pereza de verdad es entrar en los días hogareños de fuego bajo y villancicos de navidad, que son unas fechas esas en las que a lo mejor la alegria se me vuelve llanto, el miedo carcajada, y la rabia amor. Y todo el cóctel mareando y dando tumbos en mi madurito corazón no es muy sano, no os parece?
De todas formas también podéis ayudar un poco con la cuestión y dadme los mimos así sin más....sin que tenga yo que hacer ningún malabar. Y luego dejarnos llevar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario